Si alguien te dice que que deberías tener tu propio huerto lo más probable es que pienses que para eso te hace falta una enorme casa en el campo, aunque, por suerte, nada mas lejos de la realidad. Y es que, para plantar tu propio jardincito, te vale cualquier rincón de tu casa. Además, las posibilidades son casi infinitas.
Un huerto para los más cocineros
Si lo que te gusta es cocinar, cualquier parte de tu casa a la que le pegue el sol tiene potencial para que consigas tener tu propio huerto. Desde un par de macetas pequeñas con algunas hierbas aromáticas hasta ocupar toda la terraza con tomates, cebollas y demás verduras.
De esta forma no solo tendrás siempre a mano ingredientes frescos para cocinar, si no que también te aseguras que son de la mejor calidad. Porque nada sabe mejor que un plato preparado de la forma tradicional.
Un toque de color a tu hogar
Si no eres muy de cocinar (cosa que entendemos), siempre puedes darle un toque de color y frescor a tu casa con unas plantas. Desde las más típicas como los ficus hasta algunas que te gusten a ti especialmente.
Lo mejor es que, además de hacer bonito, ayudarán a regular la temperatura de tu casa. Además, absorberán una buena parte de la humedad ambiental haciendo que el frío y el calor se noten menos. Y es que tener tu propio huerto en casa solo trae ventajas.
Casi ningún mantenimiento
Por si estas razones fueran pocas, tener tu propio huerto tampoco es, precisamente, una tarea que vaya a ocupar todo tu tiempo. O, al menos, siempre que tú no quieras, claro. Porque con regar de vez en cuando tus plantas, tendrán suficiente.
Y, como la mayoría de plantas que se suelen elegir para este tipo de huertos no crecen demasiado, te ahorrarás tener que ir cambiando de macetas cada poco tiempo. De forma que te podrás ir unos días sin problema siempre que dejes bien regadas las plantas.
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