Pocas cosas sientan mejor que irse a dormir un viernes sin ninguna alarma puesta para el día siguiente. Sin embargo, y para desgracia de muchos, según refleja un reciente estudio. Dormir mucho en fin de semana podría hacer que te diese un infarto.
No por el hecho en sí de dormir mucho, aunque eso tampoco te iba a sentar del todo bien. Si no porque rompes tus patrones de sueño. Es decir, rompes la rutina a la que tienes acostumbrado a tu cuerpo. Y, según parece, eso no es nada bueno en el largo plazo.
No solo porque luego te costará más volver a tus horarios de entre semana, que también. Si no porque estos cambios terminan afectando a otros factores como la presión arterial. O, más comúnmente, el cansancio acumulado de nuestro cerebro.
El estudio, llevado a cabo por el Harvard Medical School sobre más de 2000 personas. Midió el sueño de los pacientes durante ciclos de siete días entre los años 2010 y 2013. Periodo en el que se cuantificó no solo cuánto dormían. Si no también si había cambios de más de 90 minutos en los horarios.
En 2016 se hizo un seguimiento de esos pacientes y, cuatro años después, los resultados han visto la luz. Dejando patente que, los pacientes que sufrían cambios drásticos en sus horarios a lo largo de la semana tenían el doble de posibilidades de sufrir un accidente vascular.
De forma que, siempre que nos sea posible, lo mejor para nuestra salud sería levantarnos e irnos a dormir a la misma hora. Evitando así dormir mucho en fin de semana. Y, en caso de que se den problemas a la hora de ir a dormir, aplicar algunas de los consejos que desde la Fundación Nacional del Sueño comparten.
Consejos entre los que se encuentran el hacer deporte de forma regular, evitar la luz azul de las pantallas antes de acostarnos. Y, por supuesto, tratar de evitar las siestas a media tarde, ya que pueden hacer que no tengamos sueño por la noche.
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