Hacer más deporte y actividad física no siempre es tan fácil como podría pensarse. Y es que con el estilo de vida actual, es muy fácil que se te pase el día sin que te des cuenta y ya estés cansadísimo y listo para irte a la cama. Sin embargo, la actividad física debería estar presente en tu rutina, por eso te enseñamos como hacer más ejercicio en tu vida diaria sin quedarte sin tiempo para ti.
Pasito a pasito
Así es como se empieza. No te vamos a decir que corras 14 kilómetros y vuelvas a casa haciendo el pino. Porque lo único que conseguiríamos sería hacerte huir del deporte como los vampiros huyen del ajo. La clave pasa por empezar suave e ir aumentando la intensidad.
De forma que, por ejemplo, los primeros días podrías, simplemente, dar un poco más de vuelta al ir a comprar o sacar al perro. Luego, y de forma gradual, se podría ir pensando en correr un poco o, simplemente, dar paseos por tu ciudad. Lo más importante, sin embargo, es que no quieras empezar la casa por el tejado.
No te lo tomes como una obligación
No hay nada peor que hacer algo por obligación. Y, si te tomas así la actividad física, la acabarás odiando, prometido. Por eso mismo es importante hacerlo porque te apetece y te va a gustar. O, al menos, creértelo. De esta forma conseguirás hacer más ejercicio en tu vida diaria sin que suponga una obligación.
Llegando incluso a servir de «válvula de escape» para tus obligaciones o tu trabajo. Haciendo, a su vez, que hagas cada vez más y más, mejorando tu forma física. Y, por el camino, consiguiendo más masa muscular, algo perfecto para evitar lesiones de articulaciones.
Incorpóralo en tu rutina
Si llegan las 8 de la tarde y tu cerebro dice: «es hora de ir a dar un paseo» es que lo has conseguido. Ya no solo te gusta, si no que será parte de tu vida por mucho tiempo. Y como un poco de aire fresco y despejar la cabeza no le viene mal a nadie, te ayudará a combatir el estrés de tu día a día y a darle perspectiva a los problemas.
¿Cómo se consigue esto? Con constancia y planificación. Si siempre que salgas a hacer deporte (sea el que sea) lo haces a la misma hora, tu cuerpo terminará pidiéndotelo. A lo mejor no en dos semanas o un mes, pero con el tiempo será parte de tu día como la hora de comer.
Las pequeñas victorias lo son todo
No todo es romper récords de distancia o tiempo. Si antes usabas siempre el ascensor y ahora subes las escaleras, has ganado. Si en lugar de coger el coche para ir a trabajar vas en bici, mucho mejor. Y si en vez de coger el transporte público para todo vas a los sitios andando, tendrás mucho ganado.
Pero, sin importar lo que sea, hay que darle a todas esas pequeñas victorias el lugar que se merecen. Y tenerlas muy presentes en esos momentos de bajón en los que no nos apetece nada. Porque será entonces cuando más falta nos haga el deporte.
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