Uno de los alimentos más consumidos a lo largo del mundo es, sin duda alguna, la pizza. Aunque, lamentablemente, no es nada buena para nosotros ¿o sí? Porque, a pesar de la imagen que tiene de comida rápida, la pizza es más sana de lo que parece. O, al menos, puede llegar a serlo. Y para que puedas disfrutar mucho más de ella, te enseñamos como.
Los toppings correctos
Una de las maravillas de la pizza es que puedes ponerle encima prácticamente cualquier cosa. Carne, pescado, verduras e, incluso, alguna fruta. Aunque precisamente por eso es muy que termine siendo algo «poco saludable». Y es que si optamos por las opciones más calóricas, podemos terminar con nuestra dieta en dos trozos.
Si por el contrario elegimos ponerle verduras como pimientos y cebolla, veremos como la pizza es más sana que muchos otros alimentos healthy. Sobre todo si nuestra pizza es de masa fina. Porque así meteremos en nuestro cuerpo menos hidratos «gratis».
El secreto está en la masa
La masa es, probablemente, la parte que más engorda de la pizza. Sin embargo, eso se puede arreglar. ¿Cómo? Haciendo pruebas hasta que encontremos la que mejor se adapte a nuestra situación. Si estamos buscando perder peso, a lo mejor nos conviene una masa integral un poco más densa pero más fina.
Si lo que buscamos es energía para hacer deporte, una masa tradicional es la solución perfecta. Ya que será la forma ideal de rellenar tus depósitos de cara a dar lo mejor de ti mismo.
Y cuidado con el queso
Puede que para muchos sea la mejor parte de la pizza, pero también es de las que más calorías tienen. Ya que, aunque no lo parezca, le ponemos mucho queso a la pizza. Sí, ver como se estira hasta casi el infinito al cortar las porciones gusta mucho, pero ver como sube la báscula por su culpa, no tanto.
Por eso mismo lo ideal sería olvidarnos, para siempre, del «extra de queso» tanto si pedimos la pizza en un restaurante como si la hacemos nosotros mismos (una opción siempre más recomendable).
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