Uno de los mayores mitos y malentendidos a la hora de bajar de peso y hacer dieta es tomárselo como «algo temporal«. Sin embargo, si queremos cambiar nuestro cuerpo y mantenernos en forma, es necesario llevar un estilo de vida más saludable. No simplemente modificar nuestros hábitos durante algunos meses.
Reduce las porciones
Sí, a veces parece imposible, pero no lo es en absoluto. Si en lugar de tres filetes te pones dos, estarás reduciendo (bastante) tus calorías. Aunque este consejo brillará más cuando vayas a comer por ahí. Si te encuentras ante la decisión de elegir entre un menú normal o uno grande, elige el normal.
A esto también puede ayudarnos comenzar a usar platos más pequeños en casa. Ya que, pese a que la comida tenga el mismo tamaño, nos parecerá que nos estamos poniendo más de lo que en realidad es.
Más verduras, más fruta
Sustituir carbohidratos simples como la pasta y grasas poco saludables, además de cosas muy azucaradas, por fruta y verdura será un auténtico acierto. No solo recortarás calorías por el cambio, si no que además estarás más hidratado.
También estarás más lleno a lo largo del día debido a toda la fibra de estos alimentos. Evitando así que piques entre horas y te pongas hasta arriba de chocolatinas, fritos y demás alimentos que siempre están ahí para tentarte.
Conoce lo que comes
Y no, con esto no nos referimos a que te hagas amigo de la vaca de la que va a salir tu filete. Si no a que sepas qué contienen los alimentos y productos que compras en el super. Porque, de esta manera, es más probable que termines evitando comer cosas que, sin tú saberlo, estaban repletas de azúcar o calorías vacías.
Si eso no fuera poco, también podrás elegir lo que más te conviene para cada momento. Es decir, si dudas entre dos productos, comparando sus ingredientes elegirás el que mejor te vaya a sentar.
Bebe más agua
Sí, suena a cliché, y a lo mejor lo es, pero también es importantísimo si quieres llevar un estilo de vida más saludable. No solo porque te mantendrás a ti y a tu piel hidratados, que también, si no por todos los beneficios que conlleva. Desde asegurarte de que tu cuerpo tiene todo lo que necesita para funcionar correctamente hasta para evitar el «hambre emocional«.
Por si fuera poco, bebiendo una cantidad adecuada de agua (al menos 2 litros al día) conseguirás mejorar tu concentración y tu rendimiento deportivo. Por lo que no hay excusa a la hora de hidratarse.
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