Con la época festiva llegan las comilonas navideñas, los atracones y los excesos. La parte buena es que vas a inflarte de las cosas que más te gustan. La parte mala es que tu cuerpo no se va a sentir del todo bien después de tanto venirse arriba. Pero no te preocupes, porque te traemos la solución para que no lo pases tan mal los días siguientes.
Bebe mucha agua
Cuando comemos mucho, nuestro cuerpo gasta un montón de agua en la digestión. Lo que se traduce en una ligera deshidratación y, por consiguiente, malestar general. Desde la boca seca hasta un leve dolor de cabeza, todo es culpa de no estar lo suficientemente hidratado.
La solución, por suerte, es fácil. Con beber dos litros de agua al día de forma consistente debería ser más que suficiente. Pero si notas que es poco, no pasa nada por seguir bebiendo lo que tu cuerpo te pida. Eso si, beber más de la cuenta tampoco es bueno, así que es mejor no pasarse.
Una siesta reparadora
Y no, no nos referimos a esas siestas de 3 horas de las que te levantas desorientado. Nos referimos a una pequeña cabezada de media hora después de las comilonas navideñas. No solo dejarás a tu cuerpo concentrarse en la digestión (muy pesada en este caso) si no que, además, también recuperarás energía y no estarás «inflado» el resto del día.
Vale que puedes alargar algo más la siesta, pero cualquier cosa que pase de la hora de duración va a empezar a hacerte más mal que bien. Sobre todo cuando llegue la hora de dormir y tengas menos sueño que un búho en mitad de la noche.
Que no falte la Vitamina B
Cuando tu cuerpo está bajo estrés por culpa de una digestión pesada, la Vitamina B puede ser una gran aliada. Sobre todo si se te ha ido la mano con el alcohol. ¿La razón? Tu hígado, cuando más tiene que procesar más sufre. Y da igual si se trata de una comilona navideña o de un fin de semana de fiesta, tu hígado no va a saberlo.
Ahí es donde entra en juego la Vitamina B. Porque, además de ser algo esencial para tu organismo, también ayudará a que tu hígado no sufra tanto y no se le acumule el estrés y otros elementos perjudiciales.
No te olvides de la fibra
Si, lo último que te apetece entre tanta festividad es un bol de avena, lo sabemos. Pero sin tu ración de fibra a tus intestinos les costará muchísimo más hacer su trabajo. Y un rato de hinchazón se convertirá en un par de días de molestias estomacales. A menos, claro, que le eches un cable a tu organismo.
¿Cómo? Muy sencillo, dándole un empujón a tu cuerpo en forma de fibra. Da igual si es en forma de verduras, cereales o frutas. Pero lo importante es que le eches un cable a tu cuerpo.
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